Desde Trevenque Group hemos querido rescatar las ideas ofrecidas por Virginia Navarro, arquitecta de Cuarto Creciente, y corresponsal de la Fundación Arquia y coordinadora de Ludantia. En el Congreso de libreros de Sevilla ofreció una visión muy enriquecedora de cómo abordar el problema actual que están viviendo las librerías frente a agentes como ‘Amazon’ y el descenso generalizado de ventas desde un prisma arquitectónico.
Virginia Navarro comenzó exponiendo un taller denominado ‘ El territorio de los cuentos’ llevándose a cabo en las bibliotecas de Sevilla para evaluar cómo se viven los espacios. Antes de diseñar un espacio como puede ser una librería habría que entender cómo se viven los espacios. En lo cuentos hay un vacío espacial que nunca se describe. En este taller haciendo uso del cuento de la Caperucita Roja, nos cuestionamos ¿cómo es la casa de abuela?, o ¿cómo es el bosque?. Mediante un recurso de arquitectura: ‘el territorio y la maqueta’ se trató de representar ese espacio no representado . Este recurso ayuda a los arquitectos a crear e ideas.
De una forma más teórica, el filósofo Lefebvre aborda este tema, de cómo se perciben los espacios. El espacio físico se compone por espacio vivido (que son sensaciones: olor, color,..) espacio percibido ( la relación emocional con ese espacio) y representado (es el que los diseñadores trabajan desde el planeamiento). Lo ideal sería que hubiese conexión entre ellos para crear un espacio en equilibrio, como es el caso de las librerías.
Un tema que está en auge es que el espacio educa. Uno de los principios que sostienen las escuelas más innovadoras, es que dependiendo de cómo distribuyas el espacio, de una manera indirecta, estás recibiendo un aprendizaje de lo que está aconteciendo en él. A nivel religioso y político este tema ha sido muy importante. Por ejemplo, los patios escolares que son lugares muy importantes dentro de nuestro sistema educativo. Si lo que sucede alrededor de un colegio es neucocentral de lo que pase allí, se transmiten de manera indirecta valores diferentes. Por ejemplo: no es lo mismo que en el patio de un colegio haya un campo de fútbol o un sitio en el que leen los alumnos, se transmiten valores diferentes simplemente de cómo está distribuido el espacio.
Las librerías dentro de ese espacio deben tener en cuenta que son elementos culturales que educan. Por lo que los diseños de estas librerías deberían de tener en cuenta esa perspectiva. Cuántas veces hemos visto librerías pequeñas sin luz, sin espacio que de acogida a la lectura. Este punto es importante a la reflexión.
Virginia Navarro hacía mención de una tendencia en arquitectura como es el trabajo con parámetros cualitativos del espacio, no los cuantitativos. Para que un espacio público sea bueno, los planeadores trabajan con datos objetivos. Está completamente estudiado el porcentaje de espacio verde, edificios culturales, pero esto no es garantía de que el espacio funcione. Estos paramentos cualitativos del espacio son: accesibilidad, imagen y confort, que favorezca la sociabilidad y uso y actividades ( tiene que haber actividades para todos los rangos de edades y diferentes preferencias).
Frente a esta idea hay una tendencia que introducen los Spacemaker ‘accedores de espacios’ donde describen las librerías y cafeterías como núcleos centrales que generan nodos de conexión dentro de las calles. La sociabilidad no se da en otros lugares como tiendas o comercios, siendo un valor exclusivo de las librerías a tener en cuenta. Esto entra dentro de la calidad frente a los parámetros estrictos para que un espacio funcione.
Por último. se abordó la relación entre bibliotecas vs librerías.
A días de hoy, en España a nivel urbano, aportan valores diferentes: las librerías y las bibliotecas.
Pero si cogemos como referencia países pioneros de la educación como Finlandia apreciamos que configurar el espacio como elemento educador sería como, por ejemplo, situar geográficamente una biblioteca al lado del colegio. De forma que cuando el colegio cierra, la relación entre profesores y alumnos continua en la biblioteca. Se establece una conexión y se crea un núcleo de barrio. En España, esta situación no se da y sería un punto interesante para cuestionarse.
En esos países las actividades que se celebran en las librerías son muy variadas y hay espacios infantiles específicos con otras cualidades y otras características, espacio amplio para vídeos favoreciendo el movimiento, sala de lectura, sala de conferencias… Como decíamos anteriormente, los edificios públicos más exitosos, en este caso: las librerías y bibliotecas el asistente no va únicamente porque hay libros, si no porque existe este valor añadido.
George Steiner en su libro ‘La idea de Europa’ habla de cómo los cafés son un lugar exclusivo europeo de intercambio cultural. Y a día de hoy el café literario ha pasado a ser librerías-café, es decir, las librerías han hibridado sus usos. Esa fusión es compatible por los sectores y favorecen la sociabilidad como se hablaba de parámetros cualitativos.
Finalmente, en un periodo de crisis y recortes, podemos ver como las librerías están ejerciendo un papel social al ciudadano con actividades culturales, sustituyendo a las administraciones como mediador cultural. Con el paso del tiempo las librerías han cogido mucha fuerza, como por ejemplo en el museo de Reina Sofía de como la relación entre museo, biblioteca y librerías es muy estrecha.
Esperamos que esta síntesis que ofreció Virginia Navarro, una visión desde el prisma de la arquitectura pueda incitar a la reflexión en un intento de mejorar en un mercado nada esperanzador.
Referencias:
http://blogfundacion.arquia.es/old/2016/11/el-colegio-como-ciudad-el-patio-escolar-como-plaza/
https://cuartocrecientearquitectura.wordpress.com/cuartocreciente/